A BEBER SE HA DICHO

En su nota sobre la 19ª Edición de EVICO 2008 Julio Chretien corresponsal de ArgentineWines en Mendoza sentenció: “Me encantaría pensar que fue la última EVICO de un ciclo que llegó a su fin y debe cambiar, adaptarse a una industria que creció y cambió”. Fuerte lo de Julio y lo comparto plenamente.
Después de 20 años las evaluaciones anónimas de cosecha están tocando su techo. Es quizás tiempo de parar la pelota y replantear su espacio ojalá en el contexto de los planes estratégicos del sector (recordemos que no están integradas orgánicamente al PEVI y por lo tanto carecen de una fuente permanente de financiamiento) y visualizar una nueva vida para una acción que puede ser estructuradora en el desarrollo del sector. La pregunta shakesperiana es: ¿deben ser proyectos de I+D o inclinarse por contribuir al posicionamiento? El primero se ocupa de “los problemas”, sus tiempos son largos y muchas veces sus conclusiones deben ser tratadas a puertas cerradas por los actores del sector. El segundo tiene que ver con el “tout va très bien” del posicionamiento. Hay que optar……

Malbec ¿de San Juan?
¿Es idea mía o dentro de las 15 muestras seleccionadas había un Malbec especial de San Juan?, lo pregunto porque en ciertas notas de prensa no esta consignado el dato y realmente el Malbec sanjuanino esta sacando la garra (en todas sus posibilidades técnicas y terroirs) y este hecho tiende a ser subestimado, (leer silenciado) y no solamente por el inefable sommelier de allure a lo gurú Robert Parker que solo reconoce calidad para el varietal emblemático argentino en las “zonas frías de Mendoza”. No termino de comprender las ventajas de emblematizar a las provincias ¡tarea imposible y ridícula!, con ese discurso le estamos negando al consumidor argentino grandes experiencias con varietales que no serían los correctos como un Syrah de Salta o un Malbec de Río Negro o un Bonarda de San Juan. Digo local porque si aun no lo saben afuera Patagonia esta más o menos al sur de Río de Janeiro donde baila tango una pareja con una rosa en la boca y difícilmente los consumidores habituales van a hilar tan fino con las “supuestas zonas vitivinícolas” argentinas. Hagan el ejercicio mental de ubicar en el espacio y la copa a Barrosa o Conawara, Rhône o Loire (una pista: no son provincias).