Durante la asamblea de junio de 2010, la OIV adoptó 29 resoluciones, entre ellas la definición de terroir: « Un concept qui se réfère à un espace sur lequel se développe un savoir collectif des interactions entre un milieu physique et biologique identifiable et les pratiques vitivinicoles appliquées, qui confèrent des caractéristiques distinctives aux produits originaires de cet espace ».
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| La inconfundible silueta de San Juan |
Como bien sabemos el “nuevo mundo del vino”, no posee esta cultura identificatoria. Tenerla lo condenaría a situarse bajo la jerarquía del Padre, la Madre, el Hijo y todos los Santos construida por Europa y luchar 200 años para desbancarla. En cambio propone la formula de la Sociedad de Consumo Capitalista: satisfacer al cliente y producir tipicidad en lugar de originalidad. Esto le ha permitido por ejemplo, a la remota región de San Juan, Argentina albergar 1 de las 4 marcas globales de vino del colíder mundial de vinos y espirituosos. ¿Imagina usted donde estaría la vitivinicultura argentina si adoptáramos la cultura del terroir?
A beber se ha dicho!
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