A BEBER SE HA DICHO

Aparentemente entre Ives Saint Laurent y Robert Mondavi no hay muchos puntos de contacto. Uno, vivió en el glamoroso mundo de la moda. El otro, desarrollo su imperio vitivinícola familiar en la soleada California. Pero quizás algo une a estos dos hombres que fueron actores principales de un cambio de época que le permite hoy a la Argentina aspirar a tener un papel en el mundo del vino y porque no de la moda.

Yves Saint Laurent (1936 – junio 2008) “Estoy orgulloso de haber participado en la creación de mi época”.
Apodado el príncipe fue el ultimo de los grandes couturier, el cierra el ciclo histórico de la haute couture que inauguro Charles Frederick Worth en 1860. Antes de Worth la moda era una actividad anónima dirigida según los gustos de los nobles y aristócratas, a partir de Worth la moda la dicta el couturier en base a su sensibilidad. Acceder a la moda era caro: los modelos se producían a medida para cada cliente. Yves Saint Laurent fue el sucesor natural de una lista de grandes creadores que comienza con Worth, sigue con Poiret y luego con Chanel, (la primera mujer) y más tarde con Dior. Cuando este último muere el joven Saint Laurent toma la dirección de la casa. Pero diversos hechos lo hacen abrir su propia empresa en 1962 desde donde revoluciono la idea misma de couturier para instalar lo que sería después denominado diseñador. Él fue el primero en incorporar el prêt-à-porter y realizar relecturas de prendas eminentemente masculinas para la mujer como el Smoking, o la Sariahna. Y como dijo su pareja de toda la vida, Pierre Bergé "si Chanel liberó a las mujeres, Saint Laurent les dio el poder".



Robert Mondavi (1913 – mayo 2008) “La cultura del vino de California fue construida con el espíritu can – do y continuará prosperando con ese espíritu”.
Este hijo de emigrantes italianos afincados en California y diplomado en Stanford se hizo cargo de la bodega Charles Krug comprada por su familia. Diferencias con su hermano lo llevaron a crear su propia empresa en Oakville en 1965, con el objetivo de producir un vino capaz de rivalizar con los mejores de Europa. Su primer éxito fue un Sauvignon Blanc llamado Fumé Blanc este blanco se transformo rápidamente en un estándar que se oponía a los vinos blancos realizados en California (abocados y comunes). ¡Chocolate por la noticia! diría un francés, no fue nada nuevo si consideramos que era prácticamente un Pouilly-Fumé (vino francés por supuesto, que dentro de sus notas olfativas esta la piedra de fusil, ¿yesca es lo mismo? Como es difícil conseguir estos implementos la única solución es frotar dos trozos de pedernal como nuestros antepasados para producir chispas y oler. Detalle para reconocer el pedernal: es una piedra que al partirse forma lajas –como las puntas de flecha– abunda en precordillera la de color rojo. Para experimentar un SB de características típicas hay que ir a Chile los nuestros son deliciosos pero con demasiada fruta tropical). La verdadera revolución estaba en la comunicación y nueva carta de identidad de los vinos californianos: vinos varietales alejados de los ritos y costumbres europeas capaces de seducir a un nuevo tipo de consumidor. El imperio construido por Mondavi fue vendido en más de 1.300 millones dólares a Constellation Brands.


Diseño y calidad vs. privilegio
Lo que esta en el centro de estas dos vidas ejemplares es el espíritu de los 60. El cual estaba centrado en una idea de clases medias fuertes y una clase popular con esperanzas; la firme creencia en la libertad creativa; las posibilidades del arte; la emancipación de la mujer y las minorías y otros valores que hicieron su camino en este período. Por primera vez en la historia cosas como la moda o los buenos vinos dejaron de ser un privilegio de algunos pocos (que pueden pagar un lujo), para estar disponibles para muchos. A partir de ese momento los nuevos productos hablaran el lenguaje del diseño y de la calidad. Este cambio de actitud es lo que une a estos dos hombres excepcionales capaces de interpretar l´air du temps.